Carlos Ricardo
Menéndez González es uno de los ilustres grandes hombres de Yucatán y México, su
trabajo literario, político y cívico
merecen monumentos y letras de oro. Su legado, injustamente inadvertido
por la sociedad, está presente en la libertad y el avance democrático que gozan
la Península y el país en general.
Pero ese
olvido es parte de la majestad de los valores que marcaron su vida. No buscó
elogios sino hacer lo correcto, incluso a costa de perder la vida, lo cual
estuvo a punto de ocurrir durante los agitados años de la revolución mexicana y
en el período posterior a esta.
Su lema
resume sus convicciones: “Por la Verdad, por la Justicia y por la Patria”. Y
también explica la razón de sus encarcelamientos y destierros. En una de las
huidas de sus enemigos estuvo acompañado de Felipe Carrillo Puerto, quien fue
gobernador socialista de Yucatán y trabajó en uno de los periódicos de don Carlos, empresas
martirizadas con clausura, incautación y destrucción de prensas y equipos.
Hijo de
cubanos establecidos en el cercano municipio de Tixkokob, don Carlos R.
Menéndez González fue escritor, historiador, poeta y decano de periodistas en
México. Su tarea cultural tiene en estas fechas tímida distinción generada por
un poema que él escribió y que fue musicalizado por Enrique Galaz Chacón, trovero nacido en Hunucmá y fallecido
en Baja California. De esa simbiosis nació, hace un siglo, el primer bolero
yucateco, titulado Madrigal.
Para
recordar ese acontecimiento de la música vernácula se realizó en este mes de
julio una actividad en Querétaro, y en agosto se harán otras dos más en Mérida
y la Ciudad de México. Todo esto son instancias
de Luis Pérez Sabido, musicólogo y poeta, presidente de la Sociedad Artística
“Ricardo Palmerín” y director Centro de
Investigaciones Musicales “Gerónimo Baqueiro Foster”.
El pasado 4
de julio se celebró el XX Aniversario del Coro de Santiago de Querétaro, y como
parte de los festejos, y gracias a gestiones de Pérez Sabido, se interpretó en
esa ciudad Madrigal, estrenado hace 100 años por el Dueto Ponce-Galaz que
integraron el tenor Augusto Ponce Escalante y el ya mencionado Galaz Chacón.
El próximo
domingo 5 de agosto, a las 11 de la mañana,
en el Palacio de la Música de la capital yucateca habrá otro concierto donde se
interpretará ese bolero junto con otras antiguas piezas de ese género. En ese
espectáculo participarán los grupos Rondalla Universitaria, Troveros
Universitarios y Rondalla de Mocochá.
El miércoles
8 de agosto, a las 12 del día, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas
Artes, en la Ciudad de México, el pianista y director musical Rodrigo de la
Cadena, ofrecerá recital conmemorativo al respecto.
En ambos
espectáculos se expondrán datos sobre ese primer bolero yucateco, a cargo de Pérez
Sabido.
La partitura
de “Madrigal”, junto con otras 65 máss de canciones escritas entre 1860 a 1960,
está en el Álbum de Canciones Yucatecas, elaborado por Pérez Sabido y el músico
y pianista Pedro Carlos Herrera.
“Madrigal”
es un breve texto amoroso, de dos estrofas, dedicado a los ojos femeninos. Aquí
lo presentamos:
Dicen que en la retina del que ha
muerto
la última imagen retratada queda,
como el divino rostro de una hermosa
en la delgada cartulina tersa.
Si eso es verdad, cuando me esté
muriendo
clava en mis ojos tus miradas
tiernas,
para tener dos astros que me alumbren
en mis noches debajo de la tierra.
Como puede
verse, es una imagen literaria bien
lograda. Y las dos oraciones gramaticales que lo conforman son suficientes para
transmitir la idea. Por esa razón, a diferencia de otras canciones yucatecas,
este bolero es corto. Quienes lo interpretan deben repetirlo intercalando una
pausa musical.
Es deseable
que todo el legado de don Carlos R.
Menéndez González reciba difusión, y que este generoso yucateco reciba
por fin de parte del pueblo yucateco el homenaje que merece y que ya la
historia se encargó de otorgarle. (Hansel Vargas Aguilar)