Un grupo teatral establece precedente con su espectáculo callejero.
No hay actor, dramaturgo o director de teatro
que quisiera que sus obras tengan 100, 300 ó 500 representaciones. Éxitos de
ese tipo son difícil de conseguir, son un récord, un acontecimiento.
Sin embargo, la compañía Ovejas Negras que
dirige Maricruz Hernández Sosa consiguió el medio millar de repeticiones de su
espectáculo callejero denominado “Noche de leyendas” que presenta cada fin de
semana en calles del Centro Histórico.
Sin escenario, butacas ni vestidores, tampoco
con iluminación ni equipo de sonido los actores de esa escenificación conducen
a su público hasta la Mérida de los siglos que van del XVI al XIX para mostrarles la ciudad
prehispánica que cantaba desde sus pirámides la gloria de la civilización maya,
o bien exponerles la hazaña admirada y cruel de los conquistadores españoles.
Teniendo la atmósfera de templos y viejos edificios de esa parte de la ciudad,
exponen además esa combinación de hechos verídicos y creencias populares que
dan por fruto a las leyendas que todos los pueblos poseen.
Ese espectáculo que ofrece Ovejas Negras no
es nuevo en el país. Antes de que ellos establecieran aquí esa propuesta de
teatro callejero enfocado a turistas, otras ciudades coloniales del país
montaron ese tipo de escenificaciones que tienen un atractivo distinto a los
eventos teatrales convencionales. En ellas actores y públicos recorren calles
para detenerse, o entrar, a templos, casonas o monumentos relacionados con los
hechos que se exponen y que sirven de ambientación perfecta para estos.
Pero en este caso el trabajo capitaneado por
Maricruz Hernández tiene el mérito de la perseverancia, la cual dotó a Mérida
de otro atractivo turístico más. Y, hay que decirlo, tiene la eficacia y
permanencia que no logran costosos proyectos gubernamentales que persiguen el
mismo fin.
“Noches de leyendas” es un recorrido que
comienza en el teatro José Peón Contreras y pasa por el templo que administró
la Compañía de Jesús, el parque Hidalgo, la Catedral, la Casa de Montejo, los
subterráneos de lo que hoy es Plaza Diamante y el antiguo convento de las
monjas concepcionistas, donde cae el telón de esas presentaciones nocturnas.
No ha sido menor el esfuerzo de ese conjunto
teatral para mantener ininterrumpido ese servicio para los visitantes. La
lluvia, los espectáculos artísticos oficiales que coinciden con el suyo e
incluso un plantón de profesores frente al Palacio de Gobierno han sido parte
de los obstáculos con los que se toparon en los cuatro años que llevan con ese
proyecto.
La determinación de Maricruz de no quedar mal
con su público se observó durante una ruidosa manifestación de docentes en la
Plaza Grande, lo cual impedía el trabajo de los actores cuando llegaron a
Catedral. Resuelta, la actriz y directora teatral, se levantó el pesado vestido
que usa en su actuación, caminó hasta quedar en medio de los inconformes, les
recriminó su proceder mientras agitaba en su mano el abanico que llevaba, y
exigió bajar el nivel de ruido para no afectar el resto de las actividades
citadinas. Hecho esto dio media vuelta, caminó entre una valla de silenciosos y
sorprendidos profesores, y se unió de nuevo con su público para continuar la
escenificación.
Este sábado 16 de agosto los actores de
Ovejas Negras, acompañados de autoridades, colocarán en un sitio de la Plaza
Grande una placa para celebrar las 500 representaciones de “Noches de
leyendas”, un proyecto que nació el 27 de marzo de 2010. Como parte de esa
celebración actuarán los niños percusionistas de la agrupación “Chak xulub
chen” que dirige Moisés Hernández.
Desde aquí enviamos una felicitación a
Maricruz y al grupo de Ovejas Negras por este trabajo que ya es una leyenda en
el mundo del teatro local.(Mérida Cultura).
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