sábado, 21 de septiembre de 2013

¿CUÁNDO SON VÁLIDOS?


El uso de los desnudos en el teatro.

 
Roberto Franco, en el papel de Penteo, en la obra "Bacantes,
para terminar el juicio de Dios".

En el gremio teatral yucateco quienes conocen al actor  Roberto Franco dicen en broma que cuando ven el nombre de éste en una cartelera comentan: “Seguramente se desnudará”. La razón de esto es que el artista no rechaza hacer ese tipo de papeles, en varias obras se le ha visto casi sin ropa. Y ahora se desnudó totalmente en la producción “Bacantes, para terminar el juicio de Dios”, que tiene en cartelera el grupo La Rendija.

En esa representación hay otro actor hace un desnudo total, es Tomás Gómez. Durante el resto de esa representación este intérprete viste de hipil y otras prendas pero sin usar ropa interior.  

Roberto Franco es de Ticul, en 2003 se graduó en la licenciatura de teatro en la Universidad Veracruzana. Por su parte, Tomás Gómez también es yucateco, estudió danza clásica en la ESAY y actualmente cursa ahí la licenciatura en artes escénicas. Anteriormente vivió en el Distrito Federal, donde hizo otros estudios relacionados con el medio artístico.   


Tomás Gómez, otro de los actores integrantes del grupo
teatral "La Rendija". Aquí lo vemos en su papel de Dioniso,
en la obra "Bacantes, para terminar el juicio de Dios".
 
Respecto al por qué se recurre a los desnudo en el teatro, Raquel Araujo Madera, directora del grupo La Rendija, expuso en su sitio de Facebook lo siguiente:

“Los desnudos en el teatro de arte son cuerpos que importan, que revelan imágenes en llamas. Reinventan los cuerpos de hombres y mujeres superando el imaginario que nos venden la publicidad y la sobrecogedora enajenación capitalista.

“Son cuerpos únicos, esenciales. Repito aquí la pregunta que hace el filósofo e historiador Didi-Huberman en su intenso y breve texto “Arde la imagen”: ¿A qué clase de conocimiento pueda dar lugar una imagen?

Raquel Araujo Madera, directora del grupo
teatral La Rendija. Ella también actúa en esta
nueva producción.  
“Habría que reescribir toda una arqueología del saber… Las imágenes se hunden en lo profundo del alma, en la abstracción inmediata de los sentidos.

“ Nuestra puesta en escena de Bacantes, para terminar con el juicio de dios, es una forma de regresar a los trágicos griegos desde nuestra visión regional; representar la oscuridad de la condición humana, el ansia en la adicción, el deseo de poder, el placer de violentar al otro: Al final, Dioniso, dios de la embriaguez y del teatro, conduce al sacrificio al impío rey Penteo, y este hombre transita en el martirio de su muerte hacia la redención.

Vale la pena reflexionar aquí sobre los cuerpos tomados, esclavos de un imaginario del deseo como las rubias de las cervecerías, o la enseñanza de la violencia en los juegos virtuales, en los que los niños y jóvenes no solamente ejecutan con diversidad de armas a seres antropomórficos, sino que héroes y heroínas de estos mundos configuran modelos de realidades que impactan en el mundo real
”.

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