El artista yucateco sumó ese premio al incontable número de reconocimientos que ha recibido.
El maestro Armando Manzanero, en una presentación en Mérida el año pasado. |
Armando
Manzanero Canché sigue haciendo historia. Se convirtió en el primer mexicano en
recibir el premio Grammy, y el quinto en todo Hispanoamérica, en alcanzar ese
reconocimiento.
Muchos
de los que hoy día escuchan sus canciones no habían nacido cuando él comenzó su
carrera musical, hace 64 años, en Mérida, en el ambiente de la trova yucateca,
a la cual perteneció su padre, Santiago Manzanero, autor de la canciones Flor
de Azahar.
Aquí lo vemos cantando junto con su hijo Juan Pablo. |
Quien
pretenda conocer todas las canciones de don Armando tendría que escuchar una
diferente cada día durante más de dos años para lograrlo. Ha compuesto unas 800
piezas, parte de ellas traducidas a otros idiomas, y otro tanto más que no se
conocen mucho porque no han sido grabadas o tienen escasa difusión.
Hace
poco Manzanero se presentó en Mérida junto con la también yucateca María Medina Hadad,
ambos acompañados por la Orquesta Sinfónica de Yucatán.
En
su discurso de agradecimiento al recibir el Grammy en la categoría de Trayectoria, aludió a su ascendencia maya
y su amor por la música. “Soy un indio maya”, expresó Manzanero. “En esta
carrera me divierto y además me pagan”.
El
artista yucateco es compositor, cantante, productor, pianista y arreglista de
sus propias obras, lo cual es poco usual en el mundo musical. Aunque sus
extensos dominios son del género romántico, los ritmos que utiliza para acompañar sus poéticas letras son
variados.
Su
juventud coincidió con la época dorada del rock and roll. En ese tiempo compuso “Eddy, Eddy” para la
cantante Angélica María, la cual impulsó su propia carrera con esa
pegajosa pieza que las juventudes bailaban en salones y fiestas. Hoy día el maestro mexicano ya
incursionó incluso en el amplio océano de la salsa.
En
Hispanoamérica sólo hay cuatro personajes que recibieron el premio antes que
él: Pablo Casals, Andrés Segova, Tito Puente y Antonio Carlos Jobín. Ninguno de
ellos es de la talla de Manzanero. (Mérida Cultura).
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