Medio siglo de guitarra y canto.

Entregan la Medalla Chan Cil a tres veteranos de la trova vernácula.

Un médico anestesiólogo, el hijo de un jardinero y un juglar de parques y restaurantes son los tres veteranos trovadores que este jueves recibieron la Medalla Chan Cil, un reconocimiento que se otorga a quienes contribuyen durante décadas a mantener viva la trova tradicional yucateca.

El Ayuntamiento y la Sociedad Ricardo Palmerín entregaron esa distinción esta noche, en la Serenata de Santa Lucía. Esa ceremonia es parte de los festejos del Día del Trovador que se vienen realizando desde hace varios días. 

Antes de ese acto se organizó  una callejoneada en la que participaron tríos de las asociaciones que agrupan a los trovadores meridanos. Esa caminata musical siguió la ruta de la Plaza Grande hasta Santa Lucía.

Esta mañana, en rueda de prensa efectuada en la Dirección de Cultura, se dieron a conocer los nombres de esos tres  ganadores de esa medalla, creada en 1985 y que se da a quienes tienen un mínimo de 40 años en el oficio. Ellos son los siguientes:

Julián Ernesto Durán Flores.- Es médico, toca la guitarra y compone canciones. Dirigió a la Rondalla Universitaria de la UADY, con la cual grabó varios discos. Tiene 54 años de trovador. Su primer bolero lo compuso en 1960, se llama “Lucía”.

Periódicamente ofrece charlas‐recitales sobre la canción yucateca en asociaciones culturales y clubes de servicio. Tiene 54 años de trovador.

Ermilo Humberto Franco Sánchez.- Al igual que muchos de los integrantes de los tríos, don Ermilo aprendió a tocar y a cantar en forma empírica, desde los 12 años de edad. Su padre fue un jardinero que tocaba la guitarra, y él fue su primer profesor en el ramo.

Afirma que tiene facilidad para componer música pero no para escribir canciones. Presume saberse de memoria cientos de melodías de varios géneros, desde trova vernácula hasta ranchero, tango y chacha-chá. Sus canciones preferidas son las de Enrique “Coqui” Navarro y de Manuel Merodio. Tiene 52 años de trovador, y hoy día su trabajo es recorrer con su guitarra bares y restaurantes para ofrecer sus canciones.

Enrique Celis Villanueva.- Desciende del conocido trovador Omar Celis Martín, de modo que desde niño se inició este oficio en el cual ya lleva 48 años.  Al igual que don Ermilo, prefiere trabajar solo. 

Todos los días se le escucha en el parque de Santa Ana, en el área de restaurantes, donde alegra el ambiente a las personas que acuden a ese sitio a desayunar o a cenar. En las tareas recorre restaurantes donde ofrece a los parroquianos su arte de trovero. Las canciones “Bonita”, “Peregrina” y “Caminante del Mayab” son algunas de las que más le solicitan.  

Considera que, contra lo que se cree, las nuevas generaciones sí aprecian la música vernácula. (Mérida Cultura).