miércoles, 25 de noviembre de 2015

Rechazaba la fealdad

Mario Trejo, de camisa blanca. Foto de su muro en Facebook. 





Murió Mario Trejo, pintor embrujado por la naturaleza y los retratos.



“Cuando pinto, busco la belleza. No me gusta la fealdad”, dijo en una ocasión Mario Trejo Castro, artista yucateco fallecido hace unos días en esta capital a las edad de 87 años.

Este pintor consideraba que la naturaleza aporta todo para hacer cuadros hermosos: paisajes, flores,  tonos magníficos…Y lo demostró  en una de sus colecciones que realizó y a las cuales agrupó bajo el nombre de “Trópico”. 

En esos cuadros, en los que aplicó resinas plásticas para realzar elementos, mostró el esmeralda de las casi extintas selvas peninsulares cubriendo a todo tipo de aves cuya plumaje agotaba los colores de la paleta del maestro.
Foto del Diario de Yucatán

Otra línea de su trabajo fueron los retratos. Aclaraba que en esos casos su objetivo no era lograr una copia fotográfica de la persona sino intentar retratar el alma de aquella. Y, según afirmaba, esto se conseguía al pintar la mirada de quien posaba. En esos ojos estaba el alma que él buscaba dejar en el lienzo.

En los últimos años de su vida se interesó por el hiperrealismo.  Llamaban su atención los trabajos que realizaban otros pintores que dominaban esa técnica que  él, hasta donde se sabe, nunca abordó. 

También mantuvo su costumbre de hacer copias de cuadros renacentistas, un recurso que utilizó en sus inicios en la pintura para aprender sobre sobre esta y las técnicas de creadores mundiales.

Otras de sus conocidas colecciones son óleos donde muestra cómo lucían en la época colonial barrios y rincones de la Mérida. Esto le valió que alguien lo calificara como cronista plástico.

También hizo algunos trabajos escultóricos y escribió artículos sobre la historia de esta tierra. En su estudio ofrecía además talleres de pintura, numerosos alumnos pasaron por ahí.

Con la actriz Ofelia Medina
En una entrevista que concedió a la reportera Cecilia Ricardez, este pintor dijo que desde la niñez descubrió su facilidad para el dibujo y la pintura. Pasaba todo el tiempo dibujando todo tipo de cosas. Esto lo hacía incluso en las fiestas juveniles a las que asistía. En vez de bailar prefería observar y plasmar en papel lo que pasaba ante sus ojos.

Mario Trejo vivió 11 años en la ciudad de México, donde hizo retratos de artistas de cine y televisión, de políticos y gente adinerada. Después de  ello regresó a esta  tierra y se encadenó a ella.

En Mérida parte de sus obras están colgadas en paredes del teatro “José Peón Contreras”. Son retratos de artistas locales.

La figura de este popular pintor era inconfundible, resultaba fácil identificarlo en las calles de esta ciudad o en  los cafés donde platicaba con los amigos hasta que se le agotaban  los cigarros. Era de cuerpo delgado y largo, algo encorvado, parecía que extravió el peine y que su rasuradora estaba sin filo. Daba la impresión que dormía con la ropa puesta y que ésta rehusaba ingresar a la lavadora. Cuando la ocasión lo pedía, se dejaba ver inmaculado y con la barba cortada en forma de candado.


No sabemos si este artista con más de 60 años en el oficio dejó algún  autorretrato. Sería interesante saber cómo él se pintó a sí mismo. (Mérida Cultura).

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