¿Cómo fue la vida en pareja entre Pedro Infante y la yucateca Irma Dorantes?
La gente adulta, aquella que disfruto las
películas de Pedro Infante y se volvió seguidor de este actor y cantante, tiene
en estas fechas oportunidad de conocer aspectos de la vida y forma de ser del ídolo, en particular del
tiempo en que estuvo casado con la actriz y cantante yucateca Irma Dorantes.
En el Gran Museo del Mundo Maya se presenta
en estos días la exposición “Amorcito corazón”, con elementos, anécdotas y
relatos sobre la relación de esa pareja, y su vida en Mérida y la ciudad de
México.
En la exposición también puede verse un
comedor y la alcoba de la pareja así como objetos que habían en ellos. También
se exhibe el traje de novia de Irma Dorantes.
Sobre esta artista yucateca, uno de los
carteles dice que la atractiva Irma Aguirre Martínez, mejor conocido por su
nombre artístico, Irma Dorantes, se alejó del cine durante su matrimonio con el
celoso Pedro Infante, que le llevaba 23 años de edad. Al morir el Capitán Cruz,
ella regresó a la gran pantalla porque tenía que trabajar sostener a su hija,
llamada como ella.
Irma ha sido una actriz con una interesante y
versátil trayectoria. Filmó películas con y sin Pedro Infante, grabó discos que
le valieron la obtención de discos de oro y plata y en los que interpretó
canciones como “Cuando no sé de ti” y “Ansiedad”.
Actuó en obras de teatro, entre ellas “Mi
bella dama” (2002), y en televisión hizo telenovelas y musicales. Es la única
actriz que ha tenido un espectáculo ecuestre propio, el cual llevó a distintas
partes del país y al extranjero.
En tiempos recientes participó en el programa
“Leo…luego existo” que organiza el Instituto Nacional de Bellas Artes en todo
el país.
En este 2014 recibió la medalla Jaguar de Oro
por su trayectoria.
En otro cartel de esa exhibición se revela cómo fue la
boda de esta pareja del cine mexicano.
Pedro decidió que se casaran en Mérida, el 10
de marzo de 1953, y le dio a Irma $1,000 para que se comprara el traje de
novia. Ella gastó la mitad de esa cantidad en un vestido de $400, unos zapatos
($60) y un abanico fino ($40). La otra mitad lo gastó en otras cosas, entre
ellas revistas, dulces y chocolates.
En otro cartel más, titulado “El amor detrás
de las cámaras”, relata lo siguiente:
Pedro era un tragón. En una ocasión pidió en
un restaurante tres filetes. Era comelón pero no desordenado. No ingería nada
entre comidas. Sus vicios eran el cigarro y el café.
Para desayunar bajaba en pijama de franela de
cuadritos. No usaba ropa interior. Con la pijama iba al gimnasio de la casa
para hacer ejercicio matutino guiado por Tino, su instructor de boxeo.
A Irma le costó mucho aprender a cocinar.
Pero logró elaborar para Pedro ensaladas, carnes, pollo y pescado. Ambos
compartían la comida en el comedor de la vivienda con vista a un jardín. En las
tardes Pedro iba al billar o al boliche. Ella permanecía en la casa tejiendo o
viendo la televisión. En ocasiones lo acompañaba al boliche o a ver peleas de
box y lucha libre.
Si usted, lector, es de los seguidores de
Pedro Infante, entonces quizá quiera ver esta exposición. La entrada es
gratuita. (Mérida Cultura).