viernes, 18 de diciembre de 2015

Luto cinéfilo y cultural




Cerró el Centro Cultural "Elena Poniatowska".


El  cine de calidad se quedó sin una pantalla, le retiraron las butacas donde el público puede divertirse y reflexionar mientras goza de buenos filmes. Se cerró una taquilla necesaria para evitar que la población sea enajenada por intereses comerciales cuyo fin manipulador proviene de más arriba.

El miércoles 16, con una fiesta musical de calidad, dejó de fluir el río cultural de La 68 (Casa de Cultura Elena Poniatawska), un quijotesco proyecto emprendido hace ocho años por el matrimonio formado por Paula Haro,  hija de la premiada escritora, y el esposo de esta, Lorenzo Hagerman (documentalista mexicano).
Paula Haro, en La 68 (Diario de Yucatán)

El singular establecimiento,  ubicado en el barrio de Santiago, contaba con restaurante,  tienda de artesanías y dos pequeñas salas de cine. Una de estas era la Sala Maravilla, un espacio cerrado que además de butacas tenía hamacas en la parte posterior para quien quisiera ver acostado las funciones. La otra era un lugar al aire libre, bajo los árboles, donde se podía tomar una cerveza o la cena al tiempo que se disfrutaba la proyección.

Su nombre.


A  este centro cultural se le  conocía más por el nombre de "La 68" debido a que se ubicaba en  esa calle, en  su cruce con la 55. Era el único sitio de la ciudad con una  programación de cine que incluía géneros que no ofrecen las salas comerciales de esta capital: documentales, el nuevo buen cine mexicano y cintas premiadas o destacadas de Latinoamérica, Europa y Asia.

Ese centro cultural surgió también para albergar conferencias, presentaciones, reuniones y talleres. Los espacios estaban dirigidos a públicos de todas edades. Muchos extranjeros radicados en Mérida eran asiduos asistentes del lugar.

Al cerrarse esas puertas se lanzó un velo negro sobre el celuloide de arte pero también encima de la vida cultural de Mérida, en particular al barrio de Santiago que intenta ser un rincón de arte. Es además otro clavo al ataúd del ya muy dañado Centro Histórico, el cual está haciendo historia por su destrucción imparable.

-Ya no tengo la energía ni el entusiasmo para seguir con La 68 –dijo una cansada Paula Haro en un mensaje de despedida que ella colocó en el portal de internet que tenía ese foro cultural.

Las causas.


Meses antes, al anunciar ese infortunio, explicó la razón de ello: la mala situación económica de Yucatán y el país en general, el aumento de la competencia en ese ramo y el nulo apoyo de las autoridades. 

Esto último quedó confirmado durante el tiempo transcurrido desde que surgió esa mala noticia y la clausura del lugar pues, hasta donde  se sabe, los gobiernos estatal y municipal no se apresuraron a tender la mano para evitar esa desdicha, la cual ocurrió antes de la fecha prevista inicialmente por sus administradores.

Si a las autoridades no les interesa el arte y la cultura, hubieran reaccionado al menos para no cerrar esa fuente de empleos directos e indirectos. Este reproche va incluso contra los diputados y regidores integrantes de las comisiones del ramo.

La última proyección.


El pasado viernes 11 de diciembre se ofrecieron las últimas  funciones de cine. A las 6 de la tarde se estrenó el filme mexicano Somos Mari Pepa, y a las 9 de la noche hubo un  programa sorpresa en el que se anunció que asistiría Carlos Reygadas, director de cine mexicano, galardonado con el Premio Ariel a la Mejor Dirección 2008 y con el Premio al Mejor Director en el Festival de Cannes 2012.

El miércoles 16 fue la fiesta de despedida, se ofreció un  espectáculo de jazz  que formó parte del "Mérida  International Brass Festival".

Al saberse el amargo suceso, varios directores, productores y gente del cine mexicano enviaron mensajes  a Paula y Lorenzo.

-Basta ver las 400 películas que hay en su acervo para saber la importancia de esta labor, incluso esa colección es fuente para estudiar el cine relevante en los últimos años -manifestó Jorge Bolado, cineasta que estuvo en la inauguración de ese centro cultural.

-Uno de mis sueños es abrir un establecimiento como La 68. Les felicito por haberlo logrado –expresó a su vez Amata Escalante.

-La 68 es  un espacio que dignificó el trabajo de los directores de cine  y al cine documental en particular -sentenció por su parte Sebastián Hofman.

Más reacciones.


Otras muestras de solidaridad y lamentaciones por la infeliz noticia llegaron al portal de internet de ese centro cultural así como a sus cuentas de Facebook -tenía 14,700 "likes"- y Twitter. Entre los que se manifestaron está  Alejandro González Iñarritu, quien expresó que ese proyecto “inspira para continuar” el trabajo de buen cine.

-Ojalá sea un retiro temporal y no definitivo -deseó por su parte  Fernando Eimbcke.

-Ha sido un lugar de resistencia y esperanza –describió Faffaele Bruneli.

-Lugares como este enriquecen el alma, el espíritu y a nuestra comunidad. Es una pena que cierren –deploró Lynn  Fainchtei.

Otros comentarios más son:

-Ustedes hicieron probable lo improbable.
-Esto es  señal  preocupante de la situación en que está la promoción cultural en México y la falta de interés de un público atrapado.
-Es una desgracia  que proyectos como la 68 no  tengan más luz.
-No existe otro lugar tan espectacular para el  cine documental. Me entristece saber que ya no  estará La 68.
-Agradezco todo lo que hicieron por el bien del cine de este país.
-La 68 hizo un bien extraordinario a la comunidad.
-Es triste que la gente de  Mérida  no entienda ni  valore su derecho a ver cine de calidad y no asuma su responsabilidad de apoyar la vocación social de La 68.
-Hizo una aportación importante a  la exhibición independiente de cine.

Paradójicamente, mientras ocurría el deceso de este centro cultural, otro suceso se desarrollaba en la zona comercial de Mérida. En una nueva plaza comercial se estrenaron  más salas de cine pertenecientes a conocida cadena nacional del ramo que así aumentó su presencia y número de establecimientos en la ciudad.

El panorama en este segmento cultural es infausto. Pero murió sólo el cuerpo, el espíritu sigue vivo. En Mérida hay otros cine-clubes autónomos que mantienen esta lucha por el arte y la cultura. No demos la espalda a estos esfuerzos para que no les ocurra lo mismo que a La 68.  (Mérida Cultura).

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